ES MEJOR QUE UN "CURITA"
Ya
he perdido la paz.
Mis peores temores
se han hecho realidad». (Job 3: 25 y 26)
Mis peores temores
se han hecho realidad». (Job 3: 25 y 26)
Hay épocas en la
vida en que todo se nos vuelve negro.
Donde no vemos la salida ni entendemos porque Dios está permitiendo que
ciertas cosas ocurran en nuestra vida.
Job llegó a cierto momento en que su corazón se rompió y no pudo más y
se volvió en pregunta a Dios para tratar de entender todo lo que estaba viviendo.
Cuando pasamos
por enfermedades crónicas, cuando las cosas con los hijos no van bien y vemos
que están echando a perder su vida, cuando nos sentimos poco amados y valorados
por las persona a la que estimamos, queremos o priorizamos, cuando nos quedamos
sin trabajo o las quincenas no cubren nuestras necesidades básicas, sin duda
sentimos que la vida se vuelve complicada.
Llega a veces el momento que el dolor y la decepción es tan profunda que
sentimos “ya no poder sentir” y como Job, creemos ya no poder más con lo que
estamos viviendo.
Es en esos
momentos en que maldecimos, renegamos, odiamos y nos sentimos sumamente solos,
cuando, el corazón se rompe y sufrimos
de quebranto, cuando debemos de soltarlo todo y tomarnos de Dios. El sufrimiento viene cuando vemos que
nuestras expectativas de vida no se
cumplen. Cuando aquello por lo que hemos
trabajado tanto, por lo que nos hemos esforzado tanto o por lo que hemos amado
tanto no lo tenemos o no ocurre. Pero eso que deseamos ¿es el deseo de Dios? Muchas veces no y por
ello terminamos metidos en dolor, sufrimiento y amargura.
Volvernos a Dios
es la única respuesta correcta en una situación así. Solo
soltando lo que nos provoca tanta ansiedad y dolor y descansando en Dios es la única
vía que nos sacará del sufrimiento en el que nos metidos. Si se vale llorar, gritar, desesperarse, pero
nuca olvidarnos que solo en Dios podremos vivir en libertad y que solo Él es el
único que nos puede sacar de una vida de tristeza para llevarnos al gozo eterno
de vivir junto a Él. Volvámonos a Dios y
dejemos que el sane nuestras heridas.
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