¡RECUERDAME..!
15 Pero
Joiadá envejeció, y al llegar a los ciento treinta años de edad, murió.
16 Y como le había
servido bien al pueblo de Israel, a Dios y a su templo, lo sepultaron en la
Ciudad de David, en el cementerio de los reyes. (2 Crónicas 24:15-16).
Quizá el enojo
de nuestros cercanos radica en el hecho de que se dan cuenta que somos tan egoístas
que solo vivimos para nosotros mismo. Probablemente
la molestia de nuestros hijos es que se sienten usados por nosotros. Quizá nuestro conyugue está molesto porque no
siente ser valioso o importante en nuestra vida, quizá nuestros amigos se
disgustan porque perciben que solo los requerimos cuando nos sentimos deprimidos
y nos ausentamos cuando ellos nos necesitan.
Quizá el problema radica en que solo vivimos para nosotros mismos y
creemos que los de junto solo son peones en nuestro tablero de ajedrez.
Alguien dijo, el
que no vive para servir, no sirve para vivir.
Es decir, quien no está dispuesto a considerar a los demás y bendecir
sus vidas, sin duda terminará recibiendo lo que sembró a lo largo de su vida. Meditemos como estructuramos nuestras
relaciones y no usemos a la gente en especial a quienes nos aman, valoran o
aprecian, sino más bien prioricemos como Joiadá la conducta se servir a otros y
bendecir sus vida.
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