¡¡Para grandes males, grandes remedios!!


 
 
 
 
Después de la muerte de Atalía, la ciudad vivió tranquila. (2 Crónicas 23:21)

 ¿Qué necesita morir en nosotros pata que podamos vivir tranquilos?  ¿Qué debe ser sacado de nuestra vida para que podamos vivir en la paz de Dios?  En el caso de Jerusalén lo era una mujer que había usurpado el trono, pero en nuestra vida que tendría que irse para para vivir tranquilos en la gracia de Dios.

Muchas veces son malos hábitos los que nos atan a la mediocridad, otras más comportamientos adictivos (personas, dolor, sustancias, situaciones, recuerdos etc.).  También lo son personas que influencian de tal forma nuestra vida que terminamos esclavizados al dolor, ansiedad, frustración, malos resultados producto de malos consejos, etc.  A veces son las creencias y valores lo que no nos permite tener la vida que Dios ha diseñado para nosotros y que nos regaló por medio de su Hijo en la cruz.

Cualquiera que fuera el caso, sin duda hay algo en nuestra vida que tiene que “morir” para poder vivir en la libertad de Dios.  Para poder estar tranquilos y vivir en paz.  Nada florece en donde el dolor que el maligno produce por su influencia, no es quitado. Solo e el alma sanada por el perfecto amor de Dios puede vivir tranquila.
 
 

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