NOS HA SALVADO ESTAMOS AGRADECIDOS..
Cuando
los constructores colocaron los cimientos del templo de Dios, los sacerdotes se
pusieron de pie y alabaron a Dios con trompetas. Llevaban puestas sus túnicas
sacerdotales. También los descendientes de Leví, de la familia de Asaf, que
estaban con ellos, alabaron a Dios haciendo sonar sus platillos, según lo que
años atrás había ordenado el rey David. 11-13 Al ver que se había comenzado a reconstruir el
templo, todo el pueblo gritaba de alegría y alababa a Dios. Los gritos de
alegría se mezclaban con el llanto de la gente, y desde lejos se escuchaba el
alboroto. Unos cantaban alabanzas y daban gracias a Dios, y otros decían:
«¡Dios es bueno! ¡Él nunca deja de amarnos!» Muchos sacerdotes, sus ayudantes y
jefes de familia lloraban en voz alta, pues ya eran ancianos y habían conocido
el primer templo.(Esdras 3:10-13)
Dios es
bueno. Lo ha sido con nosotros siempre,
su amor se hace patente en medio de cada situación aún y a pesar de que esta
pudiera no ser satisfactoria. Él siempre
nos ama, sin embargo, ¿de qué manera le expresamos gratitud? ¿Cómo reconocemos
su bondad? La generación de Zorobabel,
lo hizo al estilo de sus valores culturales, gozo y concepción de su concepto
de dar gracias y adorar, pero ¿tú y yo como lo hacemos?
No podemos estar
agradecidos con Dios y quedarnos impávidos sin hacer o decir nada. Tampoco podemos decir que la bondad de Dios
se ha hecho patente en nuestra vida y dejar esa percepción en el ámbito de lo
religioso ni mucho menos solo en el espacio litúrgico. Reconocer la bondad de Dios debe ser un acto
de vida en donde todo nuestro ser se vuelca en agradecimiento, reconocimiento y
adoración hacia Dios. No es un hecho que
ocurra el domingo en la mañana en la iglesia sino que debe trascender a nuestra
forma de vida. Es decir, debemos
trabajar en gratitud hacia Dios, estudiar con un corazón agradecido por la
oportunidad de prepararse para enfrentar la vida laboral, pasear y divertirnos con la conciencia de la
bondad de Dios sobre nosotros al permitirnos tener esparcimiento. Adorar no es un acto de cantar música religiosa
contemporánea o histórica, sino tiene más que ver con un estilo de vida en
donde Dios es reconocido a través de nuestra manera de enfrentar la vida,
nuestra manera de hablar, convivir con los amigos, ser padres, esposos e hijos.
¿De qué forma le
agradecemos a Dios su bondad y eterno amor?
Dejemos de hacerlo solo el domingo y llevemos nuestra gratitud a las
calles, aulas, centros de trabajo,
playa, cine, etc. y ahí vivamos siendo hijos agradecidos para que todos
puedan ver y reconocer la bondad de Dios en la cual todos debemos vivir.
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