¿Y nacimos para..?



10 »No olvides que Dios te eligió para construir su templo. Por eso, ¡sé fuerte y ponte a trabajar!» (1 Crónicas 20:10)

David fue claro con su hijo Salomón. No vaciló en declararle el propósito de Dios para su vida.  Salomón había nacido para construir la casa de Dios en Jerusalén.  ¿Para qué naciste?  ¿Cuál es el propósito de Dios en el cual quiere incluirte? ¿Lo sabes?

Vivir sin sentido y sin rumbo resulta ser la constante en nuestra vida.  Asumimos que debemos nacer, crecer, desarrollarnos, reproducirnos y morir.  Sin embargo este no es el llamado de Dios para nuestra vida.  Sus propósitos para nosotros son eternos.  Desde la niñez aprendemos a ver todo desde la óptica de lo temporal que nos cuesta trabajo entender que fuimos creados para la eternidad.  Qué Dios nos hizo a su imagen y semejanza para compartir una eternidad con Él, pero que en tanto estemos en esta realidad, tenemos un llamado: Ser parte de su plan.

La felicidad y satisfacción vienen a nuestra vida cuando aprendemos a disfrutar el hacer la voluntad de Dios.  Fuera de los propósitos de Dios hay dolor en la vida, sin razón, extravío emocional y espiritual, llanto y remordimiento y finalmente muerte.  Pero en sus propósitos hay vida y vida en abundancia.  ¿Para qué naciste?  Si no lo sabes, pregúntale a Dios, lee su palabra y encontraras la respuesta, sin embargo hay una verdad que nos incluye a todos y nos guía en tanto comprendemos el propósito personal: Fuimos creados para la alabanza de su gloria.  Esta verdad puede guiar la vida en tanto comprendemos aquello en especial para aquello que nacimos y Dios aun nos conserva la vida.  No olvidemos que solo en la voluntad de Dios para nosotros hay alegría y paz.



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