¿QUIEN ES TU DIOS?

»Como nuestro Dios es más poderoso que todos los dioses, deseo construirle un templo que sea grandioso. Claro que no es posible hacer un templo para que él viva allí. ¡Hasta el cielo, que es enorme, resulta pequeño para él! Sin embargo, aunque sé que no lo merezco, le construiré un templo para quemar incienso en su honor. (2 Crónicas 2:4)

¿Cómo es tu Dios? Nuestra forma de vivir deja ver en quien creemos y la verdad, dejamos mucho que desear.  Salomón tenía claro quién era su Dios.  El no creía en alguien que lo abandonaba y lo dejaba a su suerte.  Tampoco en alguien que se gobernara por caprichos ni que necesitara de nosotros para alcanzar metas.  Él sabía que Dios lo tenía todo, era todo y nada lo puede contener.  Conocía que su poder no tenía límites y que su gloria era por sobre todas las cosas.

Nuestra vida deja ver que tenemos un mal concepto de Dios.  Vivimos en temor, con vergüenzas, con umbrales muy cortos para demandas muy grandes.  Vivimos aceptando el dolor, los malos hábitos, criticamos, chismeamos, manipulamos a los demás, desvalorizamos a quienes nos aman, damos malos ejemplos a nuestros hijos de cómo vivir dignamente y con responsabilidad.  Esta no es la clase de vida de quien cree en un Dios lleno de poder y gloria.  De un Dios que da su gracia a sus hijos y los sostiene para que vivan en libertad. 

Meditemos que deja ver nuestra vida.  Pensemos bien en cómo vivimos y si ese estilo de vida, deja ver la forma de vida de nuestro Padre y Dios. Y si nada tiene que ver, entonces tenemos que ajustar nuestra vida para que podamos ser como Él es y así la gente que nos rodea pueda darse cuenta quien realmente es Él Dios que nos salvó.