NADA ES MAS IMPORTANTE QUE ADORALE
Estar
presentes en el templo, por la mañana y por la tarde, para dar gracias y alabar
a Dios. (1 Crónicas 23:32)
Siempre creemos
que hacer cosas para Dios es muy importante.
Tenemos la idea que nada es más significativo para Dios que vernos hacer
o estar en actividades o trabajos en la iglesia. Como
buenos occidentales estamos seguros que Dios nos aprueba cada vez que
alcanzamos una meta que nos hemos propuesto en relación con algún ministerio o
programa de la iglesia. David asigno
tareas a la gente que serviría en el templo, pero enmarco una. La más importante: Dar gracias y alabar.
Nada es más
importante que nuestra amistad con Dios, ni tan siquiera el trabajar para
Él. Estar cerca de Dios con un corazón
agradecido y volcado en adoración es lo más importante que podemos hacer cada día. Hacer nunca será tan importante como
Ser. Jamás nada podrá remplazar nuestra
tarea primaria: Adorar. Fuimos creados
para ello y en ello debemos de invertir nuestra vida. No se trata de participar de rituales
religiosos, sino del hecho de que nuestra vida sea una expresión viva de
adoración al Padre.
No fuimos
llamados únicamente a emprender tareas que hagan patente el Reino, sino fuimos
llamados a vivir en el Reino. A
disfrutar la amistad con Dios, su Palabra, la compañía de su iglesia. Fuimos llamados adorarle desde la intimidad
de nuestro corazón, con nuestras acciones, en la compañía de sus hijos, junto
con la creación y en medio de una generación que le ha olvidado. Hacer cosas está bien, pero no olvidemos que
más importante que hacer, es el ser personas que su forma de vida glorifique a
Dios en todo momento.
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