¿QUE TE HACE HUIR?

Los filisteos lucharon contra los israelitas y los hicieron huir. A muchos de ellos los mataron en el cerro de Guilboa, ² y a Saúl y a sus hijos los persiguieron hasta matarlos. Así murieron Jonatán, Abinadab y Malquisúa. ³ Luego los filisteos concentraron sus fuerzas en el ataque a Saúl, y sus arqueros lograron herirlo de muerte. ⁴ Entonces Saúl le dijo a su escudero:

—Saca tu espada y mátame. Hazlo antes de que vengan esos extranjeros idólatras. De lo contrario, se burlarán de mí y me rematarán.

Pero su escudero tenía tanto miedo que no se atrevió a matarlo. Entonces Saúl tomó su espada y se echó sobre ella.

⁵ Al ver muerto a Saúl, también el escudero se echó sobre su espada y se mató. ⁶ Así fue como Saúl, sus tres hijos, y toda su familia murieron el mismo día. (1 Crónicas 10:1-6)

Hay situaciones y experiencias de vida a las que podemos hacer frente con mucha facilidad.  Hay  vivencias a las que podemos hacer frente sin ningún problema, sin embargo hay otras que con solo saber que ocurrirán sin duda nos hacen templar.  ¿Qué te hace huir y darte por vencido?

Saúl y los suyos tuvieron que correr delante de los filisteos para tratar de salvar sus vidas.  Quizá fue la cantidad de soldados enemigos, quizá fue la destreza de ellos o quizá la falta de ánimo o armas por parte del ejercito de Saúl, sin embargo, la realidad es que todos tuvieron que huir a causas de sus enemigos.  El corazón de ellos se llenó de desesperanza, vieron al problema enorme y dejaron de ver a Dios.

¿Qué te hace huir hoy día?  ¿Los problemas con tus hijos?  ¿Los problemas en tu matrimonio? ¿Tu pasado que te acorrala? ¿Lo caro de la vida? ¿La enfermedad?  ¿Qué es lo que te provoca desesperanza? Cualquiera que sea tu caso, solo tienes dos respuestas posibles: Tomas el camino de Saúl y los suyos y te vuelves a Dios y confías en su cuidado y protección.  Saúl murió porque su fe estaba en otros y no en Dios, murió porque tenía dudas de su Dios, porque caminaba lejos de Él y el maligno puedo usar las circunstancias para destruirlo.  Nada ni nadie puede hacerte huir si caminas de la mano de Dios.  No te desanimes por lo problemas, dales la cara en el poder de Dios y aprende de Él como enfrentar la vida.