NO TIREMOS LA HERENCIA...

 
 
Durante el cuarto año del reinado de Ezequías, llegó Salmanasar, rey de Asiria, y rodeó la ciudad de Samaria. Era el séptimo año del reinado de Oseas en Israel. Después de mantener rodeada la ciudad durante tres años, Salmanasar se apoderó de ella.
11 Luego Salmanasar llevó a los israelitas a Asiria y los ubicó en Halah, junto al río Habor, en la región de Gozán, y en las ciudades de los medos. 12 Esto sucedió porque los israelitas no obedecieron la ley que Dios les había dado por medio de Moisés, ni fueron fieles al pacto que habían hecho con él. (2 Reyes 18:10-12)
 
Perdemos tanto por ser imprudentes y tercos en la vida.  Dios nos ha bendecido muchísimo en la vida, nos dado tanto y nosotros lo echamos a perder tal y como lo hizo Israel.  Ellos recibieron a través de Moisés, herencia de parte de Dios pero lo menospreciaron.  Quizá con su boca decían que lo valoraban, pero sus hechos demostraron siempre lo contrario.  Por no valorar la bendición de Dios terminaron sin tierras, casas, familias, amigos y fueron esclavos ellos y sus descendientes.
 
Hoy actuamos igual.  Menospreciamos la bendición de Dios al solo valorar lo que nosotros deseamos o creemos necesitar.  Dios nos ha bendecido con salud y nosotros nos empeñamos en enfermarnos al comer mal y no cuidar nuestro cuerpo, nos ha dado hijos y no nos esforzamos en ser los padres que ellos necesitan, nos ha dado pareja y nosotros no tomamos un compromiso con ella o el.  Nos provee de recursos económicos y nosotros lo mal gastamos en promociones de meses sin intereses.  Dios ha sido bueno y nosotros no valoramos todo lo que viene de su manos y terminamos siendo esclavos de los deseos de la carne, la envidia, la avaricia, la soberbia y la falta de amor.
 
No echemos a un lado lo que Dios nos ha dado.  Cuidémoslo, es nuestra herencia de parte de El para vivir en esta tierra.  Es muestra de cuanto nos ama.
 
 

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