¡SIN EXCUSAS!

^{NO HAY EXCUSA QUE VALGA}

⁹ También trataron de ocultarle a Dios su mal comportamiento, y construyeron otros altares de adoración, tanto en las ciudades grandes como en las torres de vigilancia.

¹⁰ Hicieron imágenes de la diosa Astarté y las pusieron en todas las colinas y debajo de la sombra de todos los grandes árboles. ¹¹ También quemaron incienso como hacían las naciones que Dios había expulsado de ese territorio cuando llegaron los israelitas, y así desobedecieron a Dios. Por eso Dios se enojó, ¹² pues adoraron ídolos aunque él se los había prohibido terminantemente. (2 Reyes 17:9-12)

Pecar en si mismo ya es una fuente de dolor y frustración, peor tratar de ocultar de ocultar a los ojos de Dios y los nuestros que estamos pecando es aun peor.  Israel busco la forma de pecar y sentirse bien, trato por todos los medios de creer y vivir en la idea de que su proceder era lo mejor y que su conducta era la misma que las demás nación así que no hacían nada que el resto del mundo no hiciera.  Sin embargo y a pesar de sus excusas, vivían fuera de la voluntad de Dios y su protección.

Hoy nosotros nos justificamos igual que ellos.  Nuestra vida dista mucho de ser lo que Dios ha soñado para nosotros y nos insiste en que hagamos de sus planes nuestra prioridad, pero nosotros con facilidad nos olvidamos de Dios, sus planes y sus propósitos y vamos con necead tras “nuestra felicidad” sin darnos cuenta que conducimos nuestra vida a un abismo de dolor y mucha frustración.  Buscamos conversarnos de que estamos viviendo una buena vida y que nuestra conducta es buena, pues todos actúan igual, pero la realidad es que vivimos con Israel: en pecado.  Algunos con facilidad nos deslizamos a estados de ánimos depresivos y de culpa, otros más a cuestiones inmorales, mientras que otros dejamos de valorar a la familia, la pareja, los hijos. Y para todo ello, tenemos una justificación.

No nos engañemos, no podemos ocultar de Dios las intenciones de nuestro corazón, por muy buenas excusas que tengamos, lo que esta mal, lo estará siempre y solo volvernos a Dios no salvará del sufrimiento.