EL DESINTERES ES VIOLENCIA QUE MATA



Cuando Atalía, la madre de Ocozías, se enteró de que su hijo había muerto, ordenó matar a toda la familia del rey. Pero Joseba hija del rey Joram y hermana de Ocozías, tomó a Joás, que era uno de los hijos de Ocozías, y lo escondió con su niñera en el dormitorio. Así escapó Joás de la muerte, y estuvo escondido con su niñera en el templo de Dios durante seis años. Mientras tanto, Atalía reinaba en el país. (2 Reyes 11:1-3)
Pensar solo en nosotros mismo y en nuestros sueños y anhelos, sin duda termina lastimando a quienes nos rodean.  Atalía al ver a su hijo muerto en lo único que pensó fue en aprovechar la oportunidad de ser reina ella y para ello, dejo de lado el dolor de haber perdido un hijo y violento a todos los posibles herederos, quienes también eran parte de su familia.
No hay mucha diferencia en nuestro proceder.  Estamos tan acostumbrados en solo pensar en nosotros que pasamos de alto la necesidad de los demás.  Olvidamos no herir a nuestros padres con nuestra indisciplina y desobediencia o con nuestra falta de atención.  Olvidamos no lastimar a nuestros hijos con nuestro desinterés de sus necesidades emocional y espirituales. Olvidamos no herir a nuestra pareja al no considerar su corazón y su interés por nosotros.  En el fondo seguimos siendo como Atalía que en lo único que pensaba era en sí misma y sus sueños.
Fuimos llamados no solo a ver por nosotros, sino también a poner nuestra vida en servicio y amor por los demás y en espacial por los que son de casa y por quienes nos aman y aprecian.  Evaluemos nuestra conducta y retomemos el camino correcto: Ama a tu prójimo como a ti mismo.  Fuero de ello solo hay violencia que hiere y mata emocionalmente a quienes nos rodean.

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