...SI NOS PARECEMOS
Abiam cometió los mismos pecados que había cometido su padre. No le fue fiel a Dios como lo había sido su bisabuelo David. (1 Reyes 15:1)
Cuantas veces siendo jóvenes dijimos que no haríamos lo que nuestros padres hicieron y que a nosotros nos “fastidiaba” y al paso de los años terminamos haciendo cosas iguales o muy parecidas. No sé si Abiam dijo algo así, pero el texto si dice que termino pecando igual que sus padres.
Aprendemos a vivir de la gente que nos cuido y educo en la infancia. Aprendemos muchos de sus virtudes y todos sus defectos. De ellos aprendimos a mentir para protegernos y no sentirnos menos, aprendimos a usar a las personas para nuestro beneficio personal sin importarnos sus emociones, aprendimos a lastimar a quienes vemos más débiles que nosotros y a escondernos de quienes percibimos más fuertes. Aprendimos a ser hijos, a ser padres, a amar, a servir, a ser desleales o faltos de compromisos en algunas áreas de nuestra vida, etc. Solo Dios nos puede librar de todos y cada uno de estos malos aprendizajes. Solo Dios nos puede librar del aprendizaje de pecar y ocultar nuestro pecado. Solo Dios nos puede hacer libres.
No nos quedemos conformes con ser quien somos. Dejemos que Dios nos enseñe a vivir bien y sobre todo que podamos aprender a que no se trata de ser buenos, sino de descansar en su gracia, porque Él quiere vivir a través de nosotros y eso es mejor.
Comentarios
Publicar un comentario