SI LOS IMITAMOS


Ocozías hijo de Ahab comenzó a reinar en Israel cuando Josafat ya tenía diecisiete años de gobernar en Judá. La capital de su reino fue Samaria, y su reinado duró dos años. 52 Él no obedeció a Dios sino que se comportó mal, lo mismo que su padre, su madre y Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel. 53 Ocozías adoró también a Baal como lo hizo su padre, haciendo con esto que el Dios de Israel se enojara. (1 Reyes 22:51-53)
Muy difícilmente podemos omitir  emular el ejemplo de nuestros padres.  Solo la gracia de Dios nos puede librar de ello.  Ocozias hizo en su vida cosas muy parecidas a las que hizo su padre y a las que hizo su abuelo.  Quizá algunas de ellas fueron conductas buenas, pero muchas otras eran conductas que ofendían a Dios.
Crecimos viendo a nuestros padre vivir y mucho de ello que interiorizo en nosotros y ha dado fruto a lo largo de nuestra vida.  Sin duda, como Ocozias, aprendimos de ellos cosas muy buenas, pero también otras que nos alejan de Dios o hacen de nuestra vida algo poco gratificante.
Solo el amor y la gracia de Dios nos pueden sanar de ello y reaprender nuevos valores y creencias que nos permitan caminar cerca de El y disfrutar la bendición de estar vivos, tener familia y ser parte de su iglesia.  Que esta sea nuestra oración este próximo año para que caminemos con Dios y disfrutemos de sus bendiciones.

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