...Y EL PLAN NOS SALIO MAL



Hadad, que era descendiente de los reyes de Edom, luchó en contra de Salomón, pues así lo permitió Dios. (1 Reyes 11:14)
Sin duda alguna Dios no quiere nuestro sufrimiento. Ni ha planeado para nosotros una vida de dolor, sin embargo muchas veces nosotros sembramos, por causa de nuestra necedad e imprudencia frutos que no deseamos y que traerán frustración y amargura a nuestra vida.  Este fue el caso de Salomón.
Decidimos no aplicarnos a nuestros estudios y después nos quejamos de tener un mal trabajo, no consideramos a Dios en la elección de nuestra pareja y más tarde lloramos de amargura porque las cosas en el matrimonio han salido mal, educamos a nuestros hijos a nuestro entender y no buscamos consejo pero al paso del tiempo sufrimos al verlos fracasar en sus estudios, al construir una vida con adicciones, al vivir en adulterio o fornicación, al no desarrollarse profesionalmente o enfermar.  Dios jamás quiso esto para nosotros, sin embargo, Él lo permite, pues jamás nos evitará sufrir las consecuencias de nuestras decisiones.
Salomón sufrió con gente que se oponía a su liderazgo y socavaba su reinado.  Ello como consecuencia de olvidarse de Dios y dejar que gente en su entorno lo guiara por un estilo de vida al que no había sido llamado.  Si no sometemos nuestra vida a Dios el dolor tomara control en algunas áreas de nuestra vida y nos esclavizará.  Revisemos lo que hemos decidido y pongamos a la luz nuestros motivos solo ello nos permitirá regresar a Dios en arrepentimiento y entender lo que hoy nos pasa a fin de que el futuro sea mejor.

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