TODA NUESTRA VIDA


Cuando los sacerdotes salieron del Lugar Santo, una nube brillante llenó todo el templo. Era la presencia de Dios, y por eso los sacerdotes ya no pudieron quedarse para realizar el culto. 12 Entonces Salomón dijo:
«Dios mío,
tú siempre has vivido en la espesa nube
que acompaña al santuario.
13 Pero ahora,

te he construido una casa,
para que vivas allí para siempre». (1 Reyes 8:10-13)
¿En que parte de tu vida habita Dios  ¿Todo tu ser es su hogar? ¿Cada parte de ti le pertenece y es su habitación?  Salomón construyó un templo como la casa de Dios pues creía que eso era mejor que la nube o la carpa, pues entendía que Dios merecía un mejor lugar pero también el lugar principal de la nación.  Hoy nosotros somos la casa de Dios pero olvidamos que el merece todo de nosotros y no solo una parte, no solo el domingo y una fracción de nuestras intenciones, emociones o intereses.  El merece lo mejor de nosotros.
No olvidemos que somos la casa de Dios y con ello debemos abrirle la puerta de nuestra vida para que habite en nosotros y con ello eche fuera todo dolor, ansiedad, temor, enojo y muchas otras emociones más que dañan nuestra vida.  Dios quiere habitar en nosotros pero desea ocupar todo y lo mejor de nuestra vida. ¿Se la daremos?

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