TE CUIDA


Cuando Salomón terminó de construir el templo de Dios, su propio palacio y todo lo que quiso edificar, Dios se le apareció por segunda vez, como se le había aparecido antes en Gabaón, y le dijo:
«He escuchado tus oraciones y tus ruegos. Este templo que has edificado será mío, y en él viviré para siempre. Voy a cuidarlo; no lo descuidaré ni un momento. (1 Reyes 9:1-3)
Sin duda alguna Dios siempre cuidará de su casa.  Dios prometió a Salomón no solo habitar en la casa que le había construido sino  también cuidarla.  Dios apreciaba el hecho de que este hombre había considerado construirle un templo para Él. Y no era que lo necesitará, pues de Él es todo, sino que valoraba que Salomón había tomado el tiempo y el dinero para edificar este templo.
Dios hoy habita en quienes han abierto la puerta de su vida para recibirlo y dejar que Él sea quien gobierne sobre ellos.  Y al igual que con Salomón valora la disposición de quienes han actuado así y le han dado el lugar principal en su vida, así que la promesa es la misma.  Si tu has dado tu vida a Dios como un templo vivos, el no solo habitará en ti, sino que ha prometido cuidarte por sobre todas las cosas.  El proveerá para suplir tu necesidad, te ayudará en medio de las luchas diarias, te guiará a lo largo de la vida, sanara tu cuerpo de la enfermedad, te defenderá de quien quiera dañarte y te proveerá en medio de las luchas emocionales.
Somos la casa de Dios.  Casa vivas, por quienes dio su vida en sacrificio en la cruz y por lo tanto un tesoro muy valioso para Él.  Sin duda alguna estará siempre con nosotros, nunca nos dejara solo y siempre nos cuidará.

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