OBEDIENCIA Y BENDICION


»Pero si tú o cualquiera de tus descendientes no me obedecen, sino que sirven y adoran a otros dioses,
entonces expulsaré a Israel de la tierra que le he dado. Abandonaré el templo que había elegido para que me adoraran, y todas las naciones se burlarán de tu pueblo. Este templo no será más que un montón de ruinas y todos los que pasen a su lado se asombrarán y se burlarán, diciendo: “¿Por qué Dios ha hecho esto con Israel y con este templo?” Y se les contestará: “Porque Israel abandonó a su Dios, quien lo había sacado de Egipto. Su pueblo obedeció y adoró a otros dioses. Por eso Dios ha traído todo este mal sobre ellos”». (1 Reyes 9:6-9)
De cuantas cosas buenas nos perdemos en la vida por no considerar las instrucciones de Dios.  Aprendimos mal en nuestra niñez: “Seguir y hacer la voluntad de Dios siempre dará buenos resultados”
Dios fue muy claro con Salomón. Si obedecía habría bendición sobre él y su familia, si no lo hacía seguramente habría mucho dolor en su vida y en la de sus descendientes.  Desafortunadamente él y los suyos se olvidaron de Dios y al paso de los años experimentaron mucho dolor y angustia en lo personal, familiar y como nación.
Nosotros “no cantamos mal las rancheras”  Gastamos mucha energía en tratar de aparentar que obedecemos a Dios, en que todo está “ok” en nuestra vida pero en la intimidad de nuestra mente buscamos la forma de salirnos con la nuestra.  Sin embargo, los resultados en nuestra vida no distan mucho de los resultados en la vida de Salomón.  Nos perdemos de una vida de Paz, de una buena relación con nuestros hijos, de descanso emocional y físico para nuestro cuerpo, de un buen matrimonio que funciones de verdad y no solo apariencias, de buenos resultados profesionales y escolares, de éxito empresarial, etc.
Dios es claro, sin obediencias es muy difícil que gocemos de una buena vida. ¿Entenderemos?

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