¿LEJOS DE DIOS?


Salomón tuvo setecientas esposas extranjeras, que eran princesas. Entre ellas estaba la hija del rey de Egipto, además de otras mujeres moabitas, amonitas, edomitas, hititas y sidonias. También tuvo trescientas mujeres, con las que vivió sin haberse casado. Dios le había dicho a los israelitas: «No se casen con mujeres extranjeras, porque ellas los harán adorar a sus dioses». Y así sucedió. Cuando Salomón llegó a viejo, sus mujeres lo apartaron de Dios y lo hicieron adorar a otros dioses. Salomón adoró a la diosa de los sidonios llamada Astarté, y construyó un lugar para adorar a dos ídolos repugnantes: Quemós, que era un dios de Moab, y Milcom, que era el dios de los amonitas. Lo construyó en la montaña que está al este de Jerusalén. También edificó lugares para que sus esposas ofrecieran animales a sus dioses y quemaran incienso. Salomón actuó mal delante de Dios y no lo obedeció; en realidad, nunca se comprometió a obedecerlo por completo, como lo había hecho David, su padre.
El Dios de Israel estaba enojado con Salomón, pues aunque se le había aparecido dos veces 10 y le había ordenado que no adorara a otros dioses, él nunca lo obedeció. 11 Por eso Dios le dijo:
«Te has comportado mal y no has obedecido mis órdenes. Por eso voy a quitarte el reino y se lo daré a uno de tus oficiales. 12-13 Sin embargo, no lo haré ahora, sino cuando tu hijo sea el rey. No le quitaré todo el reino; lo dejaré reinar sobre una tribu, por amor a tu padre David y a la ciudad de Jerusalén que yo he elegido». (1 Reyes 11:1-13)
¿Qué cosas nos alejan de Dios?  En el caso de Salomón las mujeres se convirtieron en un serio problema en su vida.  El se involucraba emocionalmente con muchas mujeres y muchas de ellas, lo motivaban a hacer cosas que él sabía que estaban muy mal y que lo separarían de Dios.
Quizá en nuestro caso sea más sutil y no nos demos cuenta.  Puede ser un amigo, un romance, el trabajo, una mala forma de interpretar la vida, emociones negativas como la depresión o ansiedad, el deseo de controlar nuestro entorno, un hijo, la pareja, la iglesia misma.  ¿Qué nos aleja de Dios? ¿Qué es aquello que hoy mismo nos motiva a hacer, pensar o sentir cosas que no vienen de Dios?
En cualquier caso las consecuencias de ello jamás serán buenas. Dejar que las circunstancias nos muevan lejos del Padre sin duda traerá mucho dolor a nuestra vida.  Detengamos la marcha y evaluemos lo que hoy estamos viviendo, las decisiones que hemos tomado y los vínculos que nos hemos permitido establecer.  Si vemos que algo de ello nos aleja de Dios, debemos hacer cambios pues seguramente no nos gustaran los resultados que cosecharemos.

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