SE VIVE POR LA FE


Algunos soldados oyeron que David andaba preguntando, y fueron a decírselo a Saúl. Entonces el rey hizo llamar a David,
32 y David le dijo:
—No se preocupe Su Majestad. Yo mataré a ese filisteo.
33 Pero Saúl le dijo:
—No vas a poder matarlo. Tú eres todavía muy jovencito, y él ha sido guerrero toda su vida.
34 David le contestó:
—Yo soy pastor de las ovejas de mi padre. Pero si un león o un oso vienen a llevarse alguna oveja, 35 yo los persigo, los hiero y les quito del hocico la oveja. 36 Y si el león o el oso se me echan encima, yo los golpeo y los mato. Y eso mismo voy a hacer con este filisteo, pues ha desafiado a los ejércitos del Dios vivo. 37 Si Dios me ha librado de las garras de leones y de osos, también me librará de este filisteo. (1 Samuel 17:31-37)

No es verdad que la fe sea ciega.  Más bien la fe ve en donde nuestros ojos no alcanzan a ver.  Mientras que todo el ejército de Israel veía un gigante invencible, David podía ver la victoria de Dios. ¿Por qué? Pues porque él había tenía ya experiencias previas con Dios en donde había experimentado como Dios le daba el triunfo.  David era un joven de que tenía una gran virtud: Aprendía de Dios y por ello tenía fe.

A nosotros nos cuesta trabajo vivir por fe, porque nuestra experiencias con Dios son pocas, y no porque Dios este lejos, sino porque nosotros no vamos en la ruta en la que va Él.  Nos gusta creer que lo que alcanzamos son nuestros logros, producto de nuestras virtudes y capacidades.  Olvidamos que es gracia de Dios lo que tenemos y gozamos y con ello dejamos de lado la fe y valoramos la vida a través de materialismo y el secularismo que tanto nos alejan de Dios en nuestro interior.

Fuimos llamados a Vivir en fe y por fe y con ello vivir los milagros y triunfos de Dios a lo largo de nuestra vida.  El tiene para nosotros victoria en nuestra familia, con nuestros hijos, con nuestro conyugue, en el trabajo, en el colegio, en nuestras finanzas, etc.  Solo debemos vivir cerca de El, caminar en la misma dirección en la que va Él y depender de su gracia en cada momento del día.  Será entonces que podamos hacer frente a los gigantes de la vida.

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