¿SE LAMENTARA DE MI?


Entonces Dios le dijo a Samuel:
11 «Saúl no me hace caso ni me obedece. ¡Lamento haberlo hecho rey!» 1 Samuel 15:10
Tendemos a pensar que todo lo que hacemos o en lo que nos hemos convertido esta bien.  Siempre creemos que tenemos la razón y que nuestro comportamiento es el correcto, y que cuando hacemos algo incorrecto, la excusa que nos decimos justifica perfectamente nuestro proceder.
Saúl era un hombre que no sabía esperar en Dios.  Se movía por impulsos, hacia cosas sin pensar y nunca terminaba lo que comenzaba.  No era un hombre “malo” solo era alguien, para quien Dios no era lo primero en su vida.  Para el Dios era más un medio que alguien de quien depender, aprender y amar.  Tanta era su desobediencia que finalmente Dios se lamento por haberlo puesto como rey sobre su pueblo.
Muy seguido nos comportamos igual que Saúl. Buscamos a Dios solo cuando tenemos problemas, nos movemos por la vida según nos conviene y no bajo la dirección de Dios. Mentimos para salvar nuestro pellejo, no somos leales ni honesto, ocultamos cosas a la gente que nos aprecia para poder seguirlos utilizando, nos olvidamos de los que sufren, no atendemos a nuestros padres, olvidamos emocionalmente a nuestros hijos y no amamos a Dios como Él lo merece.  Los domingos cantamos y nos emocionamos y hasta la enseñanza nos parece hermosa, pero después de eso, olvidamos obedecer a Dios en lo que nos pide.
No imitemos a Saúl ni tentemos a Dios.  Volvamos nuestro corazón al Padre que nos ama sin límites y vivamos una verdadera relación de amistad con El.

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