NOS HIZO LIBRES EN LA CRUZ


Un hombre llamado Nahas, jefe de los amonitas, se preparó para atacar la ciudad israelita de Jabés de Galaad. La rodeó con su ejército, pero los habitantes de la ciudad le mandaron a decir: «No queremos guerra. Preferimos hacer un arreglo contigo, aunque tengamos que ser tus esclavos». 1 Samuel 11:1

Hay cosas, emociones y personas en nuestra vida a las que nos sometemos sin dar lucha alguna.  El temor a la soledad, al rechazo, a la crítica y a “no ser parte” sin duda son las razones por las que ponemos nuestra vida bajo el control del pecado.
Israel aunque busco ayuda, de primera mano considero la opción se ser esclavos antes que pelear por vivir en libertad.  A nosotros nos pasa igual cuando enfrentamos circunstancias muy específicas de nuestra vida.  Con facilidad nos sometemos al comportamiento adictivo, no enfrentamos para nada la forma en que construimos relaciones destructivas, nos rendimos a la primera ante los deseos internos y “doblamos” con facilidad ante la depresión y angustia que produce el rechazo y la crítica de quienes valoramos.
Fuimos llamados a Libertad y no a esclavitud.  Cuando nos sometemos a quienes con su cercanía nos destruyen, a malas relaciones familiares, a emociones desordenadas, a la búsqueda de la aceptación, etc. sin duda dejamos de vivir en el gozo de Dios y ende perdemos la libertad que Jesús ganó por nosotros en la Cruz.
Ya no es tiempo de esclavitud, sino de libertad en Cristo Jesús.

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