¡NO ES UN FETICHE DE BUENA SUERTE!



Un día, los israelitas salieron a pelear contra los filisteos, y acamparon en Eben-ézer. Los filisteos, por su parte, acamparon en Afec y se organizaron para la batalla. Comenzó el combate y los filisteos derrotaron a los israelitas, matando como a cuatro mil de ellos.
Cuando el resto del ejército israelita regresó al campamento, los jefes del pueblo se preguntaban: «¿Por qué dejó Dios que los filisteos nos derrotaran? ¡Vamos a Siló a traer el cofre del pacto! ¡Así Dios nos salvará de nuestros enemigos!»
Entonces el pueblo mandó traer de Siló el cofre del pacto, donde el Dios todopoderoso reina entre los querubines. Los hijos de Elí, Hofní y Finees, venían acompañándolo.
Cuando el cofre del pacto llegó al campamento israelita, todo el pueblo gritó tan fuerte que hasta la tierra tembló. Al oír los gritos, los filisteos se preguntaban: «¿Por qué hacen tanto escándalo esos israelitas?»
Cuando los filisteos se enteraron de que los israelitas habían traído el cofre del pacto de Dios a su campamento, les dio mucho miedo y algunos decían:
«¡Estamos perdidos! ¡Dios ha llegado al campamento israelita! ¡Esto nunca nos había pasado! Nadie podrá salvarnos de ese Dios tan poderoso. Es el Dios que destruyó en el desierto a los egipcios con toda clase de terribles castigos».
Y otros gritaban:
«Filisteos, ¡no se desanimen! Sean valientes. De lo contrario, los israelitas dejarán de servirnos y nosotros pasaremos a ser sus esclavos. ¡Peleen como hombres!»
10 Los filisteos pelearon contra los israelitas y los derrotaron. La matanza fue muy grande, pues mataron a treinta mil soldados israelitas, y el resto del ejército huyó a sus casas. 11 Además, los filisteos capturaron el cofre del pacto de Dios y mataron a Hofní y a Finees, hijos de Elí. (1 Samuel 4:1-11)

¡Dios no es un fetiche!  A veces pensamos que si vamos a la iglesia el domingo todo nos saldrá bien porque ya cumplimos, o si recitamos textos bíblicos antes de dormir o al amanecer seguramente todo estará “ok”  También creemos que si participamos en las cosas de la iglesia seguramente tendremos el favor de Dios y nada podrá estar en nuestra contra.  Hasta llegamos a pensar que si adoramos como los demás lo hacen seguramente Dios se complacerá y cualquier problema que enfrentemos será poco.  Pero que chasco nos llevamos cuando las cosas no resultan como las imaginamos.

Así le paso a Israel.  Ellos creyeron que podían manipular a Dios y que solo se trataba de aparentar estar cerca de Él para recibir su favor y protección.  Terrible decepción vivieron al darse cuenta que aun con el arca del pacto, treinta mil hombre murieron bajo la espada filistea.  Aun los hijos del sumo sacerdote murieron ese día en el campo de batalla.

No se trata de pensar que si hacemos lo que Dios espera seguramente recibiremos lo que deseamos.  No se trata de aparentar ser piadoso y espirituales, el asunto es caminar con Dios y ajustar nuestra vida a los valores de su Reino.  Hay gente que cree que porque es rígido e intolerante es espiritual y que camina con Dios.  No se trata de eso, lo que Él espera de nosotros es  la entrega de nuestra vida y nuestra sumisión a su amor.

¡Dios no es un fetiche! Que nos traerá suerte si lo enarbolamos.  El tiene para nosotros bendiciones pero estas jamás podremos disfrutarlas si no caminamos a su ritmo y en trasparencia de vida.

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