CONFIAR


Confiar en Dios es un llamado, pero también un aprendizaje de cada día.  Tenemos que aprender a confiar en Dios en las situaciones cruciales de nuestra vida como lo es la salud, la provisión y el caminar diario por esta vida.  No se trata de hacer como que confiamos y después buscar solución a nuestro problema siguiendo nuestra reglas, se trata de descansar en Dios, orientarnos en su verdad y construir la vida con es fuerzo y dedicación confiando en todo lo que Él nos ha dicho que hará.
Confiemos en Dios Para Sanidad de nuestros cuerpos. Salmo 103:1-5 y Éxodo 15:26
Estar enfermos no es una experiencia muy agradable.  La enfermedad es una condición en la que nos sentimos vulnerables, experimentamos inseguridad y dejamos de ver el futuro como algo factible.  La enfermedad jamás fue el plan de Dios para el hombre, sin embargo éste por la dureza de su corazón termina creando condiciones para su cuerpo deje de funcionar correctamente.
Enférmanos nuestros cuerpos por lo que comemos, por la vida sedentaria y por la indisciplina con la que manejamos nuestras vidas.  Nunca fe el plan de Dios que sufriéramos dolor físico, sin embargo el maligno hace uso de nosotros mismo para lastimar nuestro cuerpo físico.
David asociaba el perdón con la sanidad.  Dios quiere darnos salud, pero primero necesitamos su perdón. ¿De qué? De lo mal que tratamos el cuerpo que nos ha dado, así como de muchas otras cosas más, como la falta de perdón hacia quienes nos ha ofendido.  Solo la sanidad de Dios no hace personas felices y satisfechas.  La enfermedad es una maldición producto de la dureza de nuestro corazón y solo Dios puede romperla.
En Dios podemos vivir seguros de que Él proveerá de sanidad para nuestros cuerpos y traerá un tiempo de bienestar para nuestra vida.
Confiemos el Dios para nuestro sustento Mateo 6:26, Amos 8: 11 y 12 y Deuteronomio 8:3
Si algo nos preocupa cada día es no tener con que pagar nuestras cuentas.  Sufrimos de ansiedad y estrés cuando nos percatamos de que a pesar de nuestro esfuerzo no nos alcanza para hacer frente a los gastos que consideramos básicos.  Esto no es un asunto de nuestra generación.  La escasez es una cuestión de siglos.
Sin embargo quienes conocemos a Dios podremos confiar que Él proveerá para nuestra necesidad. O a caso “¿no valemos más que las aves y las flores del campo?”  Sin duda olvidamos que para Dios somos más apreciados que el resto de la creación.  Dios siempre quiere proveer para nuestras necesidades, pero nosotros nos adelantamos con las tarjetas de crédito y los prestamos de los amigos.  No le permitimos que su amor se manifieste en nuestra vida.
El tiene para nosotros los medios para tener una vida con nuestras necesidades resueltas y muchas más bendiciones, pero nos negamos a caminar en su ruta y con ello perdemos muchas bendiciones y dejamos de ver muchos milagros.  Para Él somos su especial tesoro y podemos confiar en que jamás nos dejará a nuestra suerte.
La provisión de Dios se basa en el hecho de que nos ama, de que somos para Él sumamente especiales y que tiene para nosotros una preferencia muy especial, pues fuimos hechos a su imagen y semejanza.  Sin embargo, nuestras preferencias, manías, costumbres y pecado detienen todo lo que Dios desea darnos y nos somete a la preocupación y a la insensatez para construir nuestra economía. La pobreza no es el plan de Dios para nuestra vida, dado que el tiene cada día bendición para nuestro sustento.
Confiemos en Dios para caminar por la vida Romanos 8:28
Vivimos tiempos de incertidumbre.  Hoy la gente sale a las calle en busca del respeto de los que consideran sus derechos.  Las reformas legales nos ponen a pensar sobre nuestro futuro personal y como nación.  Sin embargo hay una verdad: “a los que aman a Dios todo lo que pasa es para bien” ¿Que significa esto?  Que Dios no promete que la vida será sencilla, pero si promete que en medio de cualquier situación confusa, el hará que ello se convierta en una bendición.
Nos gustan las cosas de solución rápida.  Aquello que no demanda esfuerzo. Lo que no requiere un cambio personal.  Sin embrego nada de eso ayuda a enfrentar correctamente la vida y a encontrar la bendición de Dios en lo que ocurre a nuestro alrededor.  Empezamos a confiar con facilidad en nuestras habilidades o los recursos de otros y dejamos de ver a Dios como nuestro guía y protector y fácilmente perdemos el rumbo.
Dios es el único que puede y sabe cómo darle sentido a nuestra vida.  El es el único que puede hacer que aquello que el maligno diseño para nuestro mal se vuelva en bendición.  Solo Él es capaz de guiarnos aun por el valle de la muerte y llevarnos a una vida eterna y maravillosa.
¡Confiemos en Dios! El si puede sanar nuestros cuerpos, proveer para nuestro sustento y guiarnos por la vida hasta encontrarnos con Él en su presencia gloriosa.  No dudemos de quien todo lo ha dado por nosotros.

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