¿COMO ENFRENTAMOS LA VIDA?
Cuando vio que David no era más que un muchachito de piel morena, lo consideró muy poca cosa y lo maldijo en nombre de sus dioses. Le dijo:
—¡Vaya con el niño bonito! Vienes a pelear conmigo con un palo, como si fuera yo un perro. Ven acá, que te voy a matar, y con tu carne voy a alimentar a los buitres y a las bestias salvajes.
45 Pero David le contestó:
—¡Y tú vienes a pelear conmigo con espada, y flechas y lanza! Pues yo vengo en el nombre del Dios todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien te has atrevido a desafiar. 46 Hoy mismo Dios me ayudará a vencerte, y te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo alimentaré a los buitres y a las bestias salvajes con los cadáveres de los soldados filisteos. ¡Y todo el mundo sabrá lo grande que es el Dios de Israel! (1 Samuel 17:44-46)
¿Con qué enfrentamos la vida? Muchas veces confiamos en los “contactos” de nuestra familia o en la posición social de nuestros padres. Confiamos también en nuestros estudios y capacidades. Confiamos en los líderes sindicales, en los “padrinos” profesionales, etc. Estamos convencidos, aunque a veces decimos otra cosa, que algo de ello nos llevará al éxito.
David estaba seguro de que el único quien le daría la victoria era Dios. David a su corta edad había aprendido que el éxito en la vida solo dependía de una sola persona: DIOS. Que si bien el estar listo y preparado era importante, quien le daría el triunfo únicamente era el Dios.
Debemos aprender esto. No debemos de conformarnos con decirlo lo domingos o en alguna reunión de la “congre” Debemos arriesgarnos a vivir. Vivir confiados de que en Dios llegaremos aun más lejos en la vida de lo que podemos imaginar y pensar. Ir a la escuela es necesario y es nuestro compromiso. Ser buenos profesionales es un llamado que no podemos eludir, mantener buenas relaciones con personas claves también es importante, sin embargo la victoria solo la da Dios y jamás debemos de olvidar esto.
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