¡UY, QUE CARACTER!


Después de algún tiempo, Sansón fue a visitar a su prometida, y le llevó un cabrito. Era el tiempo de la cosecha. Al llegar dijo:
—Voy a entrar al cuarto de mi mujer. Quiero verla.
Pero el padre de ella no lo dejó entrar, sino que le explicó:
—Yo pensé que ya no la querías, así que la casé con otro. ¿Por qué no te casas con su hermana menor? ¡Es más linda que ella!
Lo único que contestó Sansón fue:
—¡Ahora tengo más razones para acabar con los filisteos!
Entonces fue y atrapó trescientas zorras, y las ató por la cola, de dos en dos, y a cada par le sujetó una antorcha. Luego soltó a las zorras en los campos de los filisteos, y así se quemó todo el trigo, tanto el cosechado, como el que todavía estaba en pie. También se quemaron todos los viñedos y olivares.
Los filisteos preguntaron quién había hecho eso, y les dijeron que era una venganza de Sansón contra su suegro, porque lo había dejado sin esposa. Por eso los filisteos fueron y quemaron a la prometida de Sansón y al padre de ella. Al saber esto, Sansón los amenazó: « ¡Pues les juro que no voy a descansar hasta acabar con todos ustedes!» De inmediato los atacó con furia, y mató a muchos de ellos. Luego se fue a la cueva que está en la peña de Etam, y allí se quedó. (Jueces 15:1-8)

Responde visceralmente ante las diferentes situaciones de la vida no es un comportamiento eficiente.  La venganza, la ira, los celos, el enojo, etc. Son respuestas que complican nuestra vida.  Sabemos que nada sale del control de Dios, pero eso no significa que todo lo que hacemos o sentimos Él lo apruebe.

Sansón era un hombre a quien Dios eligió para ser juez de Israel, pero tenía muchos problemas con la violencia, la ira y venganza.  Estas emociones lo metieron en problemas que a su vez generaban más problemas y al final acabaron con su vida.  Sin duda Dios permitió y usó todo esto para traer juicio a los filisteos.  Sin embargo Dios jamás deseo que Sansón terminara muerto dentro de un templo pagano.  Pero las emociones no controladas de este hombre lo llevaron al termino de su vida muy pronto.

A nosotros nos pasa igual.  Quizá no terminamos como Sansón, pero sin duda nos vemos metidos en muchos problemas con nuestros hijos, jefes, pareja, amigos y hasta desconocidos.  Dios desea para nosotros una vida abundante y llena de paz, pero si no le permitimos a Él cambiar nuestro carácter y si no aprendemos a manejar nuestras emociones, perderemos grandes oportunidades para disfrutar de la vida que Dios nos da.

No seamos como Sansón y dejemos que Dios obre transformándonos.


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