NO NOS COMPLIQUEMOS


Sansón fue al pueblo de Timná, y al ver a una joven filistea se enamoró de ella. Cuando volvió, le dijo a sus padres:
—He visto en Timná a una joven filistea, y quiero casarme con ella. Hagan ustedes los arreglos necesarios para la boda.
Sus padres, entonces, le preguntaron:
—¿Por qué tienes que elegir como esposa a una mujer de esos filisteos, que no conocen a Dios? ¿Es que no hay mujeres en nuestro pueblo o entre los demás pueblos israelitas? (Jueces 14:1-3)

Los seres humanos, tenemos una predisposición natural a meternos en problemas. Sansón sabía que debía de escoger a una chica judía como esposa, sin embargo insistió en que la persona que quería era una chica filistea.  Sabemos que nada sale del control de Dios, pero siempre es mejor ir por la ruta más corta y no dar tantas vueltas por la vida.

Nos complicamos la vida como hijos y estudiantes, como padres, como profesionista como pareja, etc.  Decidimos mal las cosas fundamentales de la vida como que estudiar, con quien casarnos, cuántos hijos tener, etc. Y terminamos metidos en situaciones dolorosas que sin duda harán de nuestra existencia algo más complicado de lo que debiera ser.

Dios nos ha llamado a una vida abundante, nos ha capacitado con su espíritu para caminar en la ruta correcta y nos acompaña en todo momento para defendernos y sostenernos.  No lo echemos a perder.  Aprovechemos las oportunidades que Dios nos regala, evitemos la ruta del sufrimiento por el pecado y disfrutemos del regalo de la vida que Dios nos da.  No seamos como Sansón que insistió en dañarse a si mismo viviendo fuera de la voluntad de Dios.

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