¿ Y A LOS QUE OFENDEMOS QUE?



—Es cierto —le respondió Acán a Josué—. ¡He pecado contra el Dios de Israel! (Josue 7:20)
El pecado no solo es un asunto espiritual.  También impacta nuestro entorno, la forma que enfrentamos nuestros roles sociales, nuestros estados emocionales y aun nuestra salud fisica y la de la gente que nos rodea.  Acan había hecho caso omiso a la instrucción de Dios y su deseo había ganado la batalla sobre él y ello, había hecho que 37 hombres inocentes murieran y toda una nación se sintiera desanimada.
No solo pecamos en contra de Dios, también lo hacemos como consecuencia en contra de nuestros padres al no cuidarlos u obedecerlos en tanto estamos bajo su tutela, pecamos en contra de nuestra pareja cuando no atendemos sus necesidades o cuando le usamos para ser feliz, pecamos en contra de nuestros hijos cuando no atendemos sus necesidades básica, cuando no cuidamos su nutrición, cuando somos duros con ellos o cuando lastimamos su estima.
Pedir a Dios perdón por nuestro pecado es correcto, pero también tenemos que hacerlo con aquellos que hemos lastimado a causa de nuestra necedad.  Necesitamos aprender a RESTITUIR lo omitido (no compensar eso lastima mas) y cambiar la conducta a fin de ser de bendición y no de maldición.
Acan sufrió las consecuencias de su deseo desmedido.  Detengámonos ya antes que terminemos igual que él.

Comentarios

Entradas populares