¿Y EN LA INTIMIDAD DEL CORAZÓN?


¿Y EN LA INTIMIDAD DEL CORAZON?
Josué despidió a los israelitas, y éstos fueron a establecerse en el territorio que a cada uno le había tocado. Mientras vivieron Josué y los líderes del país, los israelitas obedecieron al único Dios verdadero. Esos líderes habían visto las maravillas que Dios había hecho en favor de los israelitas. (Jueces 2:6-7)
Cuando todos nos ven, con facilidad hacemos lo correcto, pero en la intimidad de nuestro corazón la realidad es otra.  Mientras que los lideres de Israel vivieron, ellos hicieron la voluntad de Dios, pero cuando esa generación murió las cosas cambiaron y el corazón de toda la nación fue tras sus deseos.
Hoy a nosotros nos es fácil hacer lo correcto cuando estamos en la reunión del domingo, cuando sabemos que nuestros lideres de la iglesia nos ven, cuando estamos en ambientes en donde sabemos la gente espera de nosotros ciertas conductas, pero en lo intimo de nuestra alma, los deseos se desbordan y pensamos muy diferentes a lo que dejamos ver. 
Es por eso que muchas veces guardamos rencor, no somos honestos en nuestros negocios, copiamos en los exámenes escolares, no cumplimos al cien con nuestras obligaciones, tenemos dobles intenciones, mentimos para salir de apuros o crear una imagen falsa sobre nosotros, fornicamos en lo oculto, adulteramos y no cumplimos con nuestras promesas.  Es por eso que cuando nadie nos ve o cuando estamos en otros ambientes o con otros amigos somos tan diferentes.
Nuestra obediencia a Dios no debe depender de nuestros líderes, sino del hecho de permitir que el nos cambie desde adentro.  Obedecemos no porque los demás nos ven y queremos su aceptación, sino porque sabemos que en la obediencia se construye una buena relación con Dios y se vive en paz y bendición.

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