SI HABLAMOS LA VERDAD, A VECES SI NOS OLVIDAMOS DE EL


Los israelitas se olvidaron de Dios y pecaron contra él, pues adoraron las estatuas de Baal y de Astarté. (Jueces 3:7)
Siempre decimos que amamos a Dios por sobre todas las cosas, pero en la vida diaria no se ve que sea así.  Los domingos cantamos y escuchamos su Palabra pero el resto de la semana vivimos según nuestras reglas.  Los domingos o en la reunión del grupo nos sentimos motivados a adorarle y el resto de la semana somos los mismos de siempre que vivimos sin compromisos, sacando malas notas en la escuela, desobedeciendo a nuestros padres, viviendo en deslealtad hacia quienes nos quieren o respetan, criticamos, juzgamos, no somos amorosos ni caritativos, comemos de más, etc.
A Israel le paso igual.  Con facilidad olvidaron lo que Dios había hecho por ellos y fueron tras otras experiencias de vida, que a la vista les parecían más gratificantes pero que al paso del tiempo les esclavizaron.
Mucho del dolor en el que vivimos, ya sea físico o emocional, es producto de que nos hemos olvidado de Dios en nuestro día.  Mucho de lo que sale mal en nuestra vida es porque vivimos según nuestros antojos y deseos y dejamos de lado la verdad de la Palabra.  Mucho de lo que nos esclaviza a hábitos destructivos es el resultados de caminar lejos de Dios sirviendo al pecado.
Si queremos paz en nuestra vida, no hay que olvidar a Dios y caminar a su lado siempre.

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