PRIMERO TU Y DESPUES TUS METAS



Así fue como Dios entregó a los israelitas toda la tierra que bajo juramento ya había prometido darles. Ellos se instalaron y vivieron allí. 44 Dios también les había prometido que vivirían en paz, y lo cumplió. Les dio la victoria sobre todos sus enemigos, y ninguno pudo hacerles frente. 45 Dios cumplió con todas las promesas que les había hecho a los israelitas; no dejó de cumplir ninguna de ellas. (Josue 21:43-45).

Todos tenemos sueños y anhelos.   Todos deseamos cosas en la vida y no siempre las alcanzamos.  Israel había pasado 400 años en Egipto esperando la promesa y después 40 años en el desierto hasta llegar a la tierra prometida y posterior a ello, años de luchas y guerra hasta poseer el territorio, y al final vieron el sueño hecho realidad.

Nosotros hoy tenemos retos iguales.  Deseamos alcanzar sueños como fue con Israel. Pero muchas veces olvidamos quien es el único que puede sostener y llevarnos hasta el logro de nuestras metas.  Confiamos en nuestra propia justicia, creyendo que si “somos buenos” Dios nos bendecirá, decidimos vivir como lo hacen los demás que no conocen a Dios.  Intentamos alcanzar nuestros sueños de acuerdo con los valores del anti reino y olvidamos que es Dios quien puede llevarnos más allá de la meta cuando cumple en su tiempo lo que a jurado darnos.  Israel alcanzó el sueño no cuando fue capaz o competente, sino cuándo fue la nación que Dios desea.  No se trata de llegar, sino de ser quien Dios desea que seamos y entonces la bendición llegará a nuestra vida.

Dios quiere cumplir tus sueños,  llevarte a la meta que deseas alcanzar, bendecirte, pero primero tiene que trabajar en tu vida, semanas, meses, quizá años para primo llevarte a su meta de transformarte y después a la meta que tu deseas.

No luches mas.  No camines como lo hacen los demás.  Deja que Dios tenga el control sobre ti y entonces este en línea de bendición.

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