DETERMINACION


DETERMINACION
18 Dios le dijo a Josué: «Apunta con tu lanza hacia la ciudad de Ai, porque yo te daré la victoria».
Entonces Josué extendió el brazo y apuntó con su lanza hacia la ciudad. 19 Al ver que Josué levantaba su lanza, los soldados que estaban escondidos salieron corriendo, se apoderaron de la ciudad y le prendieron fuego. 20-21 Cuando los hombres de Ai se dieron vuelta, vieron que el humo subía hasta el cielo. También Josué y sus hombres vieron el humo, y supieron que los otros soldados israelitas habían tomado la ciudad y le habían prendido fuego. Los de Ai no tenían hacia dónde escapar, así que Josué y sus soldados se volvieron y comenzaron a matarlos. 22-23 Los israelitas que habían quemado la ciudad salieron de allí, rodearon a los de Ai y los mataron a todos. No se escapó ninguno, a excepción del rey, quien fue capturado y llevado ante Josué. (Josue 8:18-23)
¿Cuáles son nuestros propósitos? ¿Qué es lo que queremos conquistar en la vida? ¿Qué metas personales tenemos por delante? ¿Qué pretendemos en nuestra relación de pareja? ¿Qué hábitos y valores queremos plantar en la vida de nuestros hijos? ¿Qué escalón profesional queremos alcanzar en nuestro desarrollo profesional? ¿Sabemos que estamos haciendo con nuestra salud y alimentación?  Josué tenía una meta: Tomar Hai. Tarea nada fácil pero era un llamado divino.  Un reto de parte de Dios si querían disfrutar la bendición de ser los dueños de la tierra donde fluía la leche y la miel.
Transitamos la vida sin saber qué hacer con ella.  Asumimos aquella lección de tercero de primaria sobre la vida: nacer, crecer, multiplicarse y morir como un hecho y olvidamos a lo que fuimos llamados.  ¿Hacia “dónde extendemos nuestra lanza?”  ¿Hacia lo indeterminado?  ¿Hacia donde todos van?  Dios nos ha llamado a conquistar la vida en cada área de esta, no a vagar por ella. ¿Cuál es tu Hai que Dios te está llamando a conquistar y hacia donde debes dirigir toda tu voluntad y determinación?
Extiende hoy tu lanza hacia lo que has sido llamado a conquistar y determínate a no claudicar.  Conquista el peso que deseas para tu cuerpo, la salud emocional que necesitas, los hábitos que te hacen falta para seguir adelante, los logros profesionales que anhelas, la educación académica de tus hijos, el coraje para construir una buena relación de pareja, etc.
Deja que Dios te guía a su victoria y nunca olvides en seguirlo de cerca y adorarlo en todo momento, su victoria es tu victoria.

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