SIN MOJARNOS

La gente dejó el campamento y se dispuso a cruzar el río Jordán en el tiempo de la cosecha, cuando el río se desborda a causa del agua que baja de la zona de Adam, cerca de Saretán. Los sacerdotes iban delante de ellos, con el cofre del pacto, y tan pronto como pusieron el pie en el río, el agua dejó de correr y se acumuló. La que corría hacia el Mar Muerto siguió su curso hasta desaparecer. Entonces el pueblo cruzó el río frente a la ciudad de Jericó.

¹⁷ Mientras todo el pueblo de Israel cruzaba sobre terreno seco, los sacerdotes que llevaban el cofre del pacto de Dios se detuvieron en medio del Jordán, hasta que todos terminaron de cruzar. (Josue 3:14-16)

Hay momentos en la vida en que parece que las circunstancias que vivimos tienen  la razón.  Lo que vemos nos dice que no se podrá, que no hay manera que algo cambie, que todo esta en contra nuestra y que por más que nos esforcemos no alcanzaremos lo que nos hemos propuesto o necesitamos.

Israel tenía delante de si un rio en su peor momento para ser cruzado.  El  Jordán se desborda y cuando lo hace es en serio.  Fue en ese momento cuando toda la nación, hombres, mujeres, ancianos y niños debían de cruzar.  Ese era el peor momento para hacerlo, los más débiles no podrían enfrentar las corrientes del río, sin embargo Dios les dijo marchen, y cuando pusieron el pie en el agua, esta se detuvo, lo que iba por delante siguió su camino y lo que aun no pasaba se detuvo. Para la sorpresa de todos, pasaron el río a pie.

Solo Dios nos puede hacer cruzar “nuestros ríos” a pie.  Nuestro esfuerzo es necesario y la utilización de nuestras capacidades también, pero quien puede detener el agua de nuestros problemas solo es Dios. Quien te puede ayudar a salir de la enfermedad solo es Él, quien es capaz de sostener para hacer frente a tus problemas y conflictos laborales solo es Él, quien te puede sacar adelante en tus problemas de pareja, también solo es Él, el Único que te puede dar la victoria en tus problemas con la educación de tus hijos, solo es Él.

Todos tenemos que pasar más de un Jordán en la vida, pero solo Dios puede hacer que las aguas se detengan a fin de que no corramos peligro y alcancemos la victoria.  Confiemos en Él y caminemos en Fe.

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