EN CONTRA RUTA



No hagan lo malo, sólo porque la mayoría de la gente lo hace. (Ex.23.2a)
Cuando era niño y conseguía malas notas en la escuela, siempre decía: “pero no fui el único”  Me consolaba saber que otros habían tenido los mismos resultados pero jamás trataba de mejorar. Mis resultados escolares no eran atípicos comparados con mis compañeros de clase, pero no era lo que se esperaba de mi.  De igual forma Israel debía entender que aunque la mayoría haga algo, prefiera algo, se conduzca según los estándares de su generación, no significaba que su conducta fuera la esperada o más funcional.

Hoy nosotros estamos en la misma condición.  Podemos decir que nos conducimos como lo hacen las personas que nos rodean y sin embargo ello no quiere decir que sea lo mejor para nuestra vida.  Seguir a Jesús es caminar en contra ruta.  Los estándares de la sociedad no siempre son lo mejor, ni tampoco en muchos casos son herramientas útiles para construir nuestra vida.  Hay momentos en la vida en que si queremos hacer lo que es correcto, lo que nos ayudará a vivir sin temores y angustias, sin vergüenza o pena, tendremos que ir en la dirección opuesta a la que la mayoría de la gente va.  Vivir en el Reino de Dios, muchas veces demanda que aprendamos a construir nuestras vida de una forma diferente a la de la mayoría, con valores opuestos a los de la sociedad, con ideas y prioridades distintas a los de nuestros amigos o familiares, pero al final tendremos resultados satisfactorios y congruentes con lo que creemos y decimos.

No vayamos a dónde va la mayoría, vayamos a donde va Jesús.

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