REGLAS


Moisés le pidió ayuda a Dios. Entonces Dios le mostró un arbusto y le ordenó que lo arrojara al agua amarga. Moisés así lo hizo, y al instante el agua se puso dulce.
En ese mismo lugar Dios puso a prueba a los israelitas y además les dio reglas de conducta. 26 Les dijo: «Yo soy su Dios. Yo soy quien les da salud. Si ustedes prestan atención a mis consejos y obedecen estos mandamientos y estas leyes que hoy les doy, y hacen sólo lo bueno, no los castigaré como a los egipcios». (Ex.15:25-26)

Caminar en el Reino de Dios, significa vivir en la ética de Dios.  Hay quienes prefieren vivir en la moral de la sociedad creyendo que con ello agradan a Dios.  Piensan que si hacen lo que los demás aceptan como bueno, seguramente están viviendo en la voluntad de Dios.  Pero no es así.  Quien vive en la moral social, vive en su propia justicia.  Quien vive en la ética del Reino de Dios vive en la gracia del Padre y entre ambas realidades hay un abismo.

Dios nos propone un estilo de vida que se opone a la verdad de la sociedad. Una forma de vida sujeta a verdades que trasciende el tiempo porque son eternas.  Principios que no solo nos dicen que está bien o mal, sino que molden nuestra vida, nos llevan a la madurez y nos dan seguridad.

Dios es quien sana nuestra vida y es a él a quien debemos nuestra vida. No al compadre, a la comadre, a los amigos y menos a los medios de comunicación.  A él es a quien debemos de agradar no a los demás.  Es por eso que debemos caminar de su mano para aprender de su estilo de vida y así valorar lo que el valora y creer lo que él cree.

La sociedad nos propone un estilo de vida de acuerdo a una moral relativa.  Dios nos ofrece una manera de vivir que nos lleva hasta la eternidad. ¿Por donde caminarás tú?

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