NUESTRA BANDERA

Allí Moisés construyó un altar, y lo llamó «Dios es mi bandera»,
16 pues dijo:
«¡Tengo en la mano
la bandera de nuestro Dios!
¡Dios les ha declarado la guerra
a los amalecitas
y a todos sus descendientes!» (Ex. 17:15, 16)
¿Por quién vive? ¿Quién es tu insignia? ¿En qué sentido vas por la vida?  Estas son preguntas que con muy poca frecuencia nos planteamos, peor muy importantes.  Israel tenía que tomar una tierra que les había sido dada pero que estaba ocupada. Y debía de de hacerlo  con la dirección, los propósitos y las intenciones de Dios.  No era una tarea fácil, pero Dios pelearía por ello.
Hoy nosotros estamos en una situación similar. Tenemos mucho por conquistar en la vida. Tiempos de bienestar y felicidad, mejor trabajo o sueldo, una buena relación con los hijos, una pareja que nos ame, una relación con Dios fructífera y plena, amigos, una casa, etc.  Pero sin Dios jamás podremos.  No se trata de luchar en nuestra capacidad por aquello que nos fue dado, se trata de depender de aquel que todo nos ha dado y que puede ponerlo en nuestras manos.  Se requiere dedicación y entereza pero también confianza plena en Dios y en su gracia.  Dios debe ser nuestra insignia y ello le dirá a nuestros enemigos que no peleamos solos, sino que lo hacemos en el nombre de nuestro Dios.

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