MIEDO

Cuando los mensajeros regresaron, le dijeron a Jacob: «Fuimos y hablamos con su hermano Esaú, y él mismo viene a recibirlo, al frente de cuatrocientos hombres».
Jacob se asustó mucho, así que dividió a su gente y a su ganado en dos grupos, pues pensó: «Si Esaú llega y ataca a uno de los grupos, al menos el otro grupo podrá escapar». Y Jacob hizo esta oración:
«Dios mío, tú eres el Dios de mi abuelo Abraham y de mi padre Isaac. Tú me ordenaste regresar a mi tierra, con mis parientes, y me prometiste tu ayuda. 10 Siempre me tratas con mucha bondad, aunque no lo merezco, pues soy yo quien debe servirte. Cuando crucé el río Jordán, sólo tenía un palo para defenderme, pero ahora tengo gente y ganado para formar dos grupos. 11-12 Tú me prometiste que me iría bien, y que mis descendientes llegarían a ser como la arena del mar, que no se puede contar. ¡Líbrame ahora de mi hermano Esaú! Tengo miedo de que venga y nos ataque a todos». (Gn. 32:6-12)
No se si te ha pasado, pero a mi si.  En algunos momentos de la vida el miedo embarga, dado que sentimos que lo que estamos enfrentando nos supera y creemos por ello que seremos una presa fácil.  Jacob estaba en uno de esos momentos.  El viajaba con su familia y se entera que su hermano Esaú venia hacia el con 400 hombres de a caballo.  Eso era algo que no podría enfrentar, es más, era algo que no sabía enfrentar, y por ello tuvo miedo.
A nosotros nos pasa lo mismo cada día, ya sea en el trabajo, en la escuela, en la familia, etc.  Hay experiencias que nos superan, ante las cuales no creemos tener una respuesta correcta y por ello sentimos miedo.  La única diferencia es que Jacob en medio de su experiencia de temor, busco a Dios con todo su corazón.  Jacob había aprendido que el miedo no se vence con ánimo o carácter fuerte, tampoco con libros de auto ayuda y mucho menos a través de tratar de manipular las situaciones.  El sabia que el miedo se enfrenta y vence en la presencia de Dios.
Si hoy experimentas una situación que te produce miedo porque sientes que te supera, busca a Dios.  Busca su cuidado, su dirección su amor y con El cómo tu protector enfrenta lo que tienes por delante y veras que caminaras en la victoria del que todo lo puede.

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