DUDAS

Entonces Moisés le reclamó a Dios:
—Dios mío, ¿para esto me enviaste? ¿Sólo para hacer sufrir a tu pueblo? 23 Desde que vine a Egipto y le di al rey tu mensaje, él no ha dejado de maltratar a tu pueblo; sin embargo, tú todavía no nos has liberado (Ex.5:22)
Hay veces en que todo parece ir mal aun y cuando pensamos que estamos haciendo lo que Dios nos pide o lo que es moralmente correcto.  Ello nos hace sentirnos frustrados y nos desanima a seguir en la ruta correcta.  Aun llegamos a pensar que Dios nos ha dejado a nuestra suerte y que fue una mala idea hacer su voluntad.
Moisés se sintió igual a nosotros.  Al escuchar que la solicitud de libertad había traído más aflicción a su pueblo y que estos estaban enojados con él, le dijo a Dios que no había cumplido con su promesa.  Seguramente Moisés se sentía muy frustrado, rechazado y confundido al máximo. Dios le había dicho que haría cosas que hasta el momento no pasaban o por lo menos él no veía.
Sentirnos confundidos e valido, hasta frustrados pero dejar de caminar con Dios no es una buena idea.  Quizá no entendamos que está pasando y porque no hemos encontrado la respuesta esperada o prometida, pero a pesar de ello debemos de permanecer firmes en la fe de que recibiremos de Él lo prometido, pues Dios no es deudor de nadie y si el dijo que consolaría nuestro corazón lo hará, si dijo que nos prosperaría con un mejor empleo también lo hará, si nos ha prometido ayuda en la crianza de nuestros hijos, en la solución de nuestro problemas maritales o laborales lo hará.
Si tienes duda ve con Dios y haz lo de Moisés pregúntale que está pasando y porque no has recibido la promesa, pero nunca dejes de caminar a su lado, pues solo ahí encontrarás lo que tu corazón anhela.

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