CEDER


15 Había en Egipto dos mujeres que ayudaban a las madres israelitas cuando iban a tener un hijo. Una de ellas se llamaba Sifrá, y la otra se llamaba Puá. Las dos eran hebreas. El rey de Egipto las llamó y les dijo:
16 —Cuando ustedes ayuden a las hebreas a tener sus hijos, fíjense si nace un niño o una niña. Si les nace una niña, déjenla vivir; si les nace un niño, ¡mátenlo![a]
17 Pero Sifrá y Puá respetaban a Dios, así que no obedecieron las órdenes del rey. 18 Entonces el rey las mandó a llamar y les preguntó:
—¿Qué les pasa? ¿Por qué están dejando con vida a los niños?
19 Las dos mujeres le respondieron:
—Es que las mujeres israelitas no son como las egipcias. Al contrario, son tan fuertes y saludables que tienen sus hijos ellas solas, sin nuestra ayuda.
20-21 Como Sifrá y Puá honraron a Dios, él las trató bien y les permitió tener muchos hijos. -(Ex.1:15-20)

Cuando era niño, había una máxima que se repetía tristemente en las platicas de los adultos a quienes yo escuchaba: “el que no tranza no avanza”  Vivimos convencidos que los valores aprendidos sobre la horades, la fidelidad, la lealtad, el esfuerzo, la disciplina y la constancia son cuestionables.  Aprendimos desde muy pequeños que es posible hacer cosas que sabemos no convienen, entre tanto nadie lo sepa o nos vea.  Reducimos el honrar a Dios a un día de la semana, a un lugar como el templo y a una actividad como el cantar, olvidando con ello que se le honra con nuestra forma de vivir.

Sifrá y Puá  fueron motivadas por el hombre más poderoso de su época a hacer cosas que iban en contra de lo que ellas valoraban: la vida y al Dios de los hebreos.  El faraón creía que tenía el poder de hacer cualquier cosa que deseara y trato de llevarlas a  un punto en donde ellas cambiaran sus valores.  Quizá les prometió una buena casa, educación para sus hijos, dinero, joyas, etc.  Pero estas mujeres fueron firmes en sus creencias. Y dice el texto que como honraron a Dios, Éste las bendijo con hijos.

Nosotros a veces mercadeamos con los valores de nuestro Padre.  Sabemos que Dios nos anima a permanecer fieles en la verdad y terminamos cediendo ante un beso, una palabra de afecto,  un aumento de sueldo, ventajas poco honestas en los negocios, etc. Y con ello perdemos la oportunidad de ser bendecidos aun más por Dios.

Dios te ha hablado verdad sobre tu vida y el desea darte la bendición de vivir en paz, de disfrutar una vida llena de bendición aun en medio de la adversidad.  No cedas eso a cambio de afecto, control, dinero, amigos.  Dios tiene para ti cosas mejores como las tuvo para Sifrá y Puá.

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