¿MENTIR?


Padre mío, ¿puedo pasar?
—Adelante —respondió Isaac—. ¿Cuál de mis dos hijos eres tú?
19 —Soy Esaú, tu hijo mayor —contestó Jacob—. Ya hice lo que me pediste. Levántate y ven a comer de lo que maté, para que me des tu bendición.
20 Pero Isaac le preguntó:
—¿Y cómo es que cazaste un animal tan pronto?
—Es que tu Dios me lo puso enfrente —respondió Jacob. (Gn. 27: 18-20)

Mentir es el intento humano de falsificar la realidad.  Es el intento por hacernos creer y hacer creer a otros de una realidad que no existe.  Es una forma de expresar nuestro poco aprecio por el afecto y las emociones del engañado.  Eso fue lo que hizo Jacob con su Padre.

Jacob sabía que estaba actuando mal y entendía que todo lo que hacía era una forma de violentar a su padre y a su hermano mayor, sin embargo no le importo.  Aunque el tenía un acuerdo verbal con su hermano, eso no le daba derecho a actuar sin avisarle y sin que su padre supiera lo que estaba pasando.

Muy seguido nosotros actuamos igual en el seno de nuestra familia, con la gente que nos aprecia y ama, con los amigos o en el ambiente escolar o laboral.  Tratamos de falsificar los hechos de lo que a ocurrido generando con ello violencia y cuando todo explota, aun nos sentimos amenazados, confundidos y hasta indignados.

Dios nos llama a construir una vida que le de gloria, es decir que funcione, que sea transparente o congruente.  Mentir nos aleja de Dios y de la gente a quien le hemos falsificado la realidad.  Nos deja solos por la vida, nos roba el afecto de la gente que un día nos valoró y hace que al final terminemos con un corazón quebrantado al sufrir miedo, soledad, depresión y desesperanza.

Digámosle al  Señor, “enséñanos a vivir en transparencia”

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