IDOLOS

Ese día, mientras Labán fue a cortar la lana de sus ovejas, Raquel le robó a su padre los ídolos de la familia (Gn.31:17)

Muchos de nosotros decimos no presentar los mismos comportamientos de nuestra familia.  Decimos: “yo soy diferente a ellos”  La realidad es que no, quizá presentamos comportamientos diferentes pero cuyos motivos son los mismos que los de nuestros padres o personas que nos educaron.  Raquel no quiso irse de casa de su padre sin llevarse los “ídolos” familiares tal y como nosotros lo hacemos hoy.  Ella se sentía comoda con ellos, le servían de referencia y seguramente emocional y espiritualmente les acercaba a ellos.
A nosotros nos pasa igual.  Quizá esos ídolos no son físicos, pero no por ello dejan de serlo.  Son hábitos, valores y creencias sobre la vida, el dinero, la familia, el amor, la sexualidad, etc.  Aprendimos a vivir todo ello siguiendo patrones de conductas que vimos de nuestros padres y adultos que nos rodeaban.  Ello nos da sentido de partencia y nos hace sentir seguros, sin embargo no todo eso viene de Dios.
Es tiempo de que dejemos a Dios revise nuestra vida y nos deje ver todo aquello que no viene de su mano a fin de que aprendamos a vivir como él desea para nosotros y asi podamos ser personas felices y satisfechas.

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