DE A POCO
Esaú exclamó:
— ¡Te los regalo ahora mismo, pues me estoy muriendo de hambre! (Gn. 25:32).
Somos parte de la generación que lucha por la satisfacción inmediata. Esta sociedad no entiende de procesos, de esperar, de tomar el tempo con calma para sembrar, cuidar y cosechar. Todo debe ser “par hoy”
Esaú el Hijo de Isaac, aprendió que lo más importante era satisfacer la necesidad presente, el tenia hambre y eso era lo único que estaba en su mente en ese momento. No le interesaba el futuro, ni el llamado de Dios para dirigir a su familia y mucho menos los sueños de sus padre. El quería comer y lo daba todo por un solo plato de lentejas.
Hoy somos iguales. Solo deseamos satisfacer nuestra urgente necesidad presente, como si no hubiera mañana. No nos importa el futuro, ni a quien lastimamos en el camino para lograr nuestra satisfacción. Somos egoístas, pretenciosos, mentirosos y falsos. Nuestros ojos solo están puestos en la satisfacción inmediata sin darnos cuenta que al no ESPERAR EN DIOS terminaremos llorando, tristes, confundidos y deprimidos.
Dios quiere algo más que una experiencia de satisfacción para nosotros. El quiere que aprendamos a vivir y a disfrutar la vida. No seamos como Esaú y tomemos el tiempo necesario para vivir bien.
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