BENDICIONES

¹⁰ Jacob salió de Beerseba y se fue hacia Harán. ¹¹ Cuando llegó a cierto lugar, se quedó allí para pasar la noche, pues ya había oscurecido. Tomó una de las piedras que allí había, recostó su cabeza sobre ella y se acostó a dormir. ¹² Esa noche tuvo un sueño. En ese sueño vio una escalera que llegaba hasta el cielo, y por ella subían y bajaban los ángeles de Dios. ¹³ Desde la parte más alta de la escalera, Dios le decía:

«Yo soy el Dios de Abraham y de Isaac. A ti y a tus descendientes les daré la tierra donde ahora estás acostado. ¹⁴ ¡Tus descendientes serán tan numerosos como el polvo de la tierra! Y habitarán todo este gran país. Por ti y por tus descendientes, todos los pueblos de la tierra serán bendecidos. ¹⁵ Yo estaré contigo, y no te abandonaré hasta cumplir lo que te he prometido. Te cuidaré por dondequiera que vayas, y te haré volver a esta tierra». (Gn.28:10-15)

Vivir en la gracia no es contar con todas las respuestas, sino saber que aunque el viento nos es contrario, en Dios estamos seguros.  Esta verdad es muy fácil de vivir pues estamos acostumbrados evaluar la vida en función de lo que creemos placentero y de la aceptación de las figuras de autoridad en nuestra vida.

Para Jacob la vida se había complicado.  Había perdido la cercanía de sus padres y el afecto de su hermano y por si fuera poco, ahora se encontraba rumbo a una tierra lejana a encontrarse con familiares extraños para él.  Seguramente no se lo pasaba venia de mal en peor. y quizá hasta se sentía mal con lo que está viviendo.  Jacob tenía muchas razones para pensar que Dios no estaría a su lado y que su vida ir.  Sin embargo Dios no veía la vida de Jacob así.  Él le habla y le promete su cuida y protección, así como bendiciones aun y a pesar de sus errores.

Quizá hoy sientas que tu vida no está nada bien y que mereces el rechazo de los tuyos y aun el de Dios.  Déjame decirte que aun y a pesar de tu erro Dios tiene planes contigo y desea hacer de tu vida una buena experiencia llena de bendiciones y para bendición.  No te dejes vencer por el engaño del maligno.  Confía en Dios y descansa en su gracia.