ADORAR ES DIFRUTAR LA COMPAÑÍA DE DIOS

Alégrese Israel en su Hacedor;

Los hijos de Sion se gocen en su Rey. (Salmo 149:2)

Cada día nos vemos buscando alegría en un sin número de actividades, personas, codependencias, emociones, etc.  Gastamos mucho de nuestro tiempo y dinero en tratar de estar felices y olvidamos que una fuente de alegría y gozo sin duda la encontraremos en la adoración a Dios.

Adorar en este sentido no aleja del rito y nos acerca más a una experiencia de amistad, en donde al compartir con “nuestro padre y mejor amigo” podremos experimentar bienestar.

Adorar no es un acto religioso, no es una sección de la liturgia dominical, no es un rito místico que nos acerca a lo divino.  Es caminar en amistad con Dios, compartir lo íntimo de nuestra alma con El, es compartir los diferentes momentos del día, es disfrutar su compañía, es reír juntos al disfrutar la vida.