Se trata de ser feliz a su lado

¡Despertar y verme en tu presencia
será mi mayor alegría! (SALMO 17:15 VLA)
Nada es más importante que nuestra relación con Dios, y nada es para Él es más importante que compartir tiempo con nosotros.  Jamás debemos saltarnos, evadir o priorizar en segundo lugar la amistad que tenemos con Él.
Desgraciadamente esto no siempre es así, y cuando ocurre, su compañía deja de producirnos alegría.  A veces nos relacionamos con Dios como si el fuera una doctrina y ello hace que todo sea aprender cosas acerca de Él pero dejamos de estar con Él.  Otras veces nos relacionamos con Dios como si fuera un programa o una estrategia de iglecrecimiento y dejamos de disfrutar nuestro tiempo con Él.  Otras más nos relacionamos con Dios como si Él fuera nuestro jefe, quien demanda resultados a toda costa y también con ello dejamos de disfrutar con amistad y amor.  Este jamás fue el plan de Él para sus hijos.  No lo veo así en su relación con los patriarcas de la antigüedad, ni tampoco con sus discípulos.
¿Por qué nos pasa esto?  Porque hemos aprendido a valorar la vida de muchas formas, menos de acuerdo a los principios del Reino de Dios.  Porque olvidamos que disfrutar la vida también es una demanda del Reino de Dios y ello incluye  el disfrutar su amistad por encima de cualquier cosa.
No busquemos a Dios para recibir instrucciones, para dar reportes o entregar cuentas.  Quizá alguna vez lo tengamos que hacerlo, pero no siempre, busquémosle para alegrarnos con su compañía, con su charla, en su amor, con sus palabras que consuelan y alientan.  Alegrémonos cada vez que estemos en su compañía, ya sean de forma individual o en grupo.  Nuca olvidemos que estamos con el no por lo que nos puede dar sino porque Él es.

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