¿Quién subirá?



¿Quién subirá al monte de Jehová?

¿Y quién estará en su lugar santo?
El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha elevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño. (Salmo 24:3-4)
Quizá somos la generación de creyentes en la que más se ha enfatizado la importancia de adorar.  Estamos expuestos a diferentes estilos musicales, ofertas distintas de adoración, las iglesias invierten mucho de sus recursos en instrumentos musicales, equipos de sonido, capacitación para los músicos, etc.  Nada de eso está mal, al contrario, es plausible, pues Dios merece lo mejor.  Sin embargo, hay un problema.  Olvidamos con mucha frecuencia que el espera amigos que se sometan a su Reino.
Esto nos lleva a hacernos una pregunta: ¿Quiénes son competentes para ofrecer una adoración verdadera?  El salmista nos presenta a un grupo de personas que están siendo responsables en tres áreas de su vida sustanciales para poder adorar sinceramente: Personas que no ejercen violencia (manos limpias), en cualquier área de su vida, personas que tienen motivos correctos (corazón puro), personas que tienen compromisos con lo eterno y no con lo temporal) y personas que dicen verdad (su vida es transparente, no hay nada que ocultar).  Cuando leemos esto fácilmente nos daremos cuenta que don enfatiza mas en el individuo que adora, que en la forma en la que este adora o los recursos que tiene para adorar.
No debemos olvidar que adorar es el resultado de la obra de Dios en nuestra vida.  Es el resultado de una vida sometida a Dios.  No es únicamente emoción, sino el estilo de vida de quienes viven bajo lols valores del Reino de Dios.

Comentarios

Entradas populares