EL MERECE QUE CUMPLAMOS NUESTRA PROMESAS

Dios mío,
que vives en el monte Sión,
tú mereces nuestras alabanzas;
mereces que te cumplamos
las promesas que te hacemos. (Salmo 65:1 VLA)
Con mucha facilidad prometemos cosas, pero con la misma rapidez olvidamos nuestras promesas.  Prometemos lealtad, fidelidad, amistad, honestidad, compañía, comprensión, etc y sin embargo muy poca veces llevamos a los hechos lo que hemos dicho a través de nuestras palabras.
Decepcionamos a nuestros hijos, a nuestra pareja, a nuestros padres, a nuestros amigos, etc.  Tal pareciera que ellos no fueran dignos de que nosotros cumplamos nuestra promesa.  Aun a Dios mismo prometemos cosas  y fácilmente nos desviamos de lo dicho y terminamos haciendo algo muy distinto.  Le prometemos asistir cada domingo, involucrarnos en el trabajo de la iglesia, ofrendar y diezmar con fidelidad pero al paso de los días dejamos atrás lo dicho y tomamos una dirección diferente.
El salmista hoy nos conmina a pensar bien en todo aquello que hemos prometido a Dios para cumplirlo.  El nos refiere, y con verdad, que El “merece” que cumplamos lo que le hemos prometido.  Lo merece dado que ha sido fiel con nosotros, leal, amoroso, perdonador, entre muchas otras cosas más.  El jamás ha dejado de cumplir lo que nos ha prometido y nunca nos ha dejado a nuestra suerte, en todo tiempo ha estado ahí.
Piensa en que le has prometido a Dios y disponte a cumplirlo.  No dejes pasar mas tiempo.  El merece no solo tu adoración, sino que cumplas lo que le has dicho que harías.

Comentarios

Entradas populares