DEJA

Dios le dijo a Abram: «Deja a tu pueblo y a tus familiares, y vete al lugar que te voy a mostrar. (gn,12:1)
Dejar no es algo que nos guste. En realidad somos “acaparadores”  Lo hacemos con los recuerdos, los dolores, las experiencias frustrantes, las relaciones enfermizas, las adicciones, etc.  En general, nos resistimos a dejar aquello que consideramos importante en un momento específico de la vida.  Sin embargo como a Abram en el pasado, hoy día Dios nos dice lo mismo “deja” 
Dios esta empeñado en ayudarnos a madurar aun y a pesar que como circula en las redes sociales, decimos “que no somos frutas” para hacerlo.  El desea vernos felices, satisfechos, ciertos en nuestro andar por la vida y viviendo en su propósito en todo momento.  Pero sabe bien, que si no “dejamos” algunas cosas que han sido puesta en nuestro camino, difícilmente seremos más de lo que hoy somos.
Veamos nuestra vida y escuchemos a Dios con atención, pues seguro el nos esta diciendo ahora mismo “deja…” tal y como se lo dijo a Abram.  Si lo hacemos, seguro será doloroso y sin duda el sueño anhelado por nosotros no se cumplirá, pero ello nos hará las personas que Dios ha soñado y aunque hoy no entendamos, seguro será mejor.

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