El siempre nos pone en pié



Algunos confían en sus carros de guerra,

otros confían en sus caballos,
pero nosotros sólo confiamos
en nuestro Dios.
Esa gente tropezará y caerá,
pero nosotros nos levantaremos
y seguiremos de pie. (Salmos 20:7 y 8 VLA)
Al pasar los años nos damos cuenta que caer se convierte en una eventualidad muy recurrente en nuestra vida.  Y no me refiero a pecar en el sentido moral del asunto, sino más bien al hecho común de de perder el paso en la ruta y tropezar con un sin número de malas decisiones, emociones mal administradas, acciones dolorosas, etc.
Tropezamos al aprender mal como construir nuestra vida, tropezamos al elegir mal una profesión o dejar esta por otros asuntos.  Lo hacemos también al elegir pareja dado que lo hacemos por los motivos erróneos. Tropezamos al educar a nuestros hijos, lo hacemos también en la forma en que administramos nuestro tiempo y nuestro dinero, y así podríamos seguir enumerando las muchas maneras en que tropezamos cada día.  A veces nos damos cuenta y otras tantas no, pero cuando lo hacemos, nos sentimos tristes, enfadados y hasta deprimidos.
El salmista sabía de esto y descubrió que el problema radicaba en el hecho de que siempre depositamos mal nuestra confiamos.  Creemos cuando somos jóvenes que ese hecho nos da ventajas y omitimos el consejo, ya en nuestra adultez confiamos en nuestro logro profesional o económico y confiamos en el compadre, en el amigo “del alma” en la “palanca” que tenemos en el trabajo y hasta en nuestras tarjetas de créditos y todo ello nos hace finalmente caer.
El salmista dice, dado que nosotros confiamos en Dios, si tropezamos “nos levantaremos”  Es decir, no piensa que el asunto de tropezar será una experiencia pasada, ¡no¡  El cree que si llega a pasar, no estaremos triste y arrumbados, pues Dios nos dará la fuerza para seguir en la ruta y así alcanzar aquello a lo que fuimos llamados.
Dios jamás nos dejará caídos, pues hemos puesto nuestra confianza y esperanza en El.  No nos dejara triste por la experiencia dolorosa.  El acudirá siempre a nuestro rescate y nos levantará para seguir en la ruta de la victoria.  Si hoy te siente caído, no temas, el Señor te sostendrá y te levantará.

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