¿Algo mejor que su perdón?


Dios mío,
tu perdón nos llega a todos
como una bendición;
tu perdón borra
nuestros pecados y rebeldías (Sal. 32:1 VLA)
El sentimiento de culpa es algo que a muchos nos flagela interminablemente. No nos deja dormir, nos hace vivir en vergüenza  y nos esclaviza a una mala percepción de nosotros y de la realidad.  Sentir culpa no es de Dios.  El nos redarguye y nos convence a través de su Espíritu de nuestro error, pero jamás nos martirizará con una emoción tan negativa como la culpa.
Ante nuestro pecado, Dios obra de manera maravillosa, conoce nuestra incapacidad para salir de ello, así que permite que las consecuencias lleguen a nuestra vida para que podamos darnos cuenta de que algo no está bien, después nos habla de muchas formar para recordarnos que no hay más solución para el asunto que en Él, y cuando nos volvemos en arrepentimiento nos da su perdón y no restituye. Por ello el salmista dice “… tu perdón nos llega a todos como una bendición…”  No hay bendición más grande que el perdón de Dios.
Es una bendición porque “borra” todo aquello que hemos hecho mal y por lo que merecemos ser reprendidos y castigados.  Cuando Dios nos perdona jamás se vuelve a acordar de lo que le confesamos y que nos perdono, pero no solo eso, el no deja evidencia de que tal cosa sucedió.  Es decir cuando el salmista refiere el término “borrar” se refiere al acto de anular, lidiar con las evidencias de lo hecho mal y quitarlas de en medio de forma tal, que nadie más podrá decir que algo malo o sucio paso ahí.
Si te has vuelto a Dios y le has confesado tu pecado, sin duda el te perdono ya, por lo que es inútil que te sigas culpando.  El te dio perdón y libertad no dejes que el maligno te haga creer que debes ser castigado o vivir en vergüenza.  Dios ya no te culpa y echó fuera de tu vida toda evidencia de ese pecado.  Levanta tu cabeza y disfruta la vida que hoy Dios te regala y da gracias por su perdón.

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