AGUAS CON LAS TRAMPAS


No me dejes caer en la trampa

que me han puesto mis enemigos;
¡tú eres mi protector! (Sal. 31:4 VLA)
No vivimos en un lecho de rosas.  Muchas veces la vida se convierte en una campo de caza en donde si nos descuidamos fácilmente seremos la presa.  El enemigo nos tiende trampas las cuales no vemos con facilidad y en otras muchas veces más, nosotros mismos no boicoteamos, terminando “patas pa’rriba” preguntándonos que fue lo que nos paso.
Normalmente tratamos de mantenernos distantes de las tentaciones, ante las cuales somos un poco más precavidos, sin embargo ni idea tenemos del sin numero de trampas tendidas a nuestro alrededor por el maligno.  A veces esas trampas nos meten en relaciones que destruyen nuestra vida de a poquito, otras más nos envuelven para ser padres distantes, sobre protectores, emocionalmente inseguros delante de nuestros hijos etc. Otras más nos llevan a comer más de lo que necesitamos y con ello lastimamos nuestro cuerpo con sobrepeso, en tanto que otras nos hacen personas poco responsables, inseguras y poco confiables.
Es decir cada día no solo enfrentamos la tentación que evidentemente nos someterá a esclavitud, sino que también debemos enfrentar circunstancias que quizá nos parezcan muy normales, pero que son trampas de maligno que nos incapacitan para vivir en el gozo de Dios, ser los padres que nuestros hijos necesitan, loes estudiantes que nuestros padres esperan o los trabajadores responsables y proveedores que nuestras familias demandan.
Ante ello, solo Dios nos puede proteger de cada una de estas trampas, las cuales han sido diseñadas para someter nuestra voluntad a los diseños de maligno.  Solo Dios nos puede liberar del engaño en el que hemos caído y nos puede llevar a lugar espacioso.
Ora a Dios por que te libre de las trampas de Satanás y te permita estar despierto para que no tropieces en alguna de ellas.

Comentarios

Entradas populares